En el marco del proyecto de acondicionamiento y decoración de la Embajada del Reino de Marruecos y de la residencia oficial de Su Excelencia el Embajador en Cotonú, Ardecor International firma una obra magistral, fruto de una alianza excepcional entre la tradición artesanal ancestral y las tecnologías más avanzadas. Esta obra singular constituye un manifiesto vivo de la riqueza cultural marroquí, expresada a través de una armoniosa combinación de disciplinas artesanales de excelencia.
La embajada y la residencia se alzan hoy como joyas arquitectónicas donde la nobleza de los materiales se funde con la destreza de artesanos excepcionales. El zellige, emblema indiscutible del arte marroquí, ha sido colocado con precisión milimétrica, en patrones geométricos complejos inspirados en códigos tradicionales pero reinterpretados con una elegancia contemporánea. Cada azulejo, moldeado a mano, demuestra una ejecución meticulosa y una maestría cromática que trasciende la mera decoración.
Los suelos y revestimientos de mármol, que combinan la pureza del mármol de Carrara con la riqueza de los mármoles marroquíes, han sido trabajados con un nivel extremo de detalle en corte y pulido. Nuestros expertos han integrado delicadas incrustaciones y frisos esculpidos que fusionan a la perfección estética y funcionalidad. Este mármol, cuidadosamente seleccionado, garantiza durabilidad y un brillo atemporal que refleja el prestigio del Reino.
La madera de cedro rojo, símbolo del patrimonio marroquí, reviste techos artesonados, puertas, carpinterías y paneles decorativos realizados por nuestros maestros tallistas según técnicas tradicionales de torneado, marquetería e intarsia. Este material vivo, trabajado a mano, revela un relieve y una profundidad únicos, realzados por acabados con aceites naturales que exaltan sus vetas cálidas y aseguran su resistencia frente a las condiciones climáticas.
Entre los elementos más notables destacan los trabajos de damasquinado —una incrustación meticulosa de hilos de oro y plata sobre superficies metálicas— que aportan un refinamiento precioso a manijas, marcos, apliques y objetos decorativos. Esta técnica milenaria, que exige tiempo, paciencia y un saber hacer escaso, confiere a los espacios una opulencia discreta, digna de los palacios reales, y refuerza la singularidad del proyecto.
Ardecor International ha dirigido esta realización garantizando una coordinación impecable entre artesanos, ingenieros, arquitectos y equipos locales, respetando tanto las normas internacionales de calidad y seguridad como las especificidades diplomáticas del lugar. La gestión logística de la obra, en el corazón de una ciudad extranjera, ha requerido una organización rigurosa desde la recepción de los materiales de excepción hasta su implementación sobre el terreno.
La integración de soluciones técnicas innovadoras, como sistemas inteligentes de control climático y dispositivos LED regulables, complementa este conjunto ofreciendo confort, sostenibilidad y eficiencia energética sin comprometer la estética.
Este proyecto trasciende la simple renovación: encarna un diálogo vivo entre tradición y modernidad, en el que cada elemento contribuye a expresar una identidad marroquí fuerte, luminosa y respetada. La embajada y la residencia en Cotonú se convierten así en portadoras de prestigio y hospitalidad, testigos de una diplomacia enraizada en su historia y abierta al porvenir.